Wednesday, May 6, 2009

EL JUICIO A LUT (1)

The Judgment of Lut
By Tim Lott
En: GRANTA No. 101 (Spring 2008)

El escritor ingles Tim Lott narra los pormenores del horroroso crimen sufrido por su agente literario...

El juicio a Lut
(Primera entrega)
La última vez que vi a Rod Hall me invito a almorzar a un restaurante chino ubicado en un sótano, justo detrás de Oxford Street en el West End de Londres. Esto fue a comienzos del 2004. El era mi agente cinematográfico, y quería que yo le escriba algunos guiones para venderlos en Hollywood. Lo encontré irritable en el restaurante, aunque no conmigo. El servicio fue pobre y se disculpo varias veces, explicándome lo bueno que era el lugar por lo general.

No puedo recordar mucho sobre los proyectos que discutimos. En todo caso yo no quería escribir guiones de películas. Todo lo que puedo recordar sobre esa comida es que al esperar pacientemente y luego terminar velozmente nuestro salteado con bacalao plateado y beber el champagne, Rod se había adelantado en recoger su abrigo, mientras yo fui al baño. Estaba apresurado por llegar a una de sus reuniones. El era un agente ocupado, y de los buenos: fuerte, astuto y encantador. Había representado a exitosos guionistas como Lee Hall (Billy Elliot), Jeremy Brock (Mrs. Brown) y Simon Beaufoy (The Full Monty).

Cuando me lo encontré en el guardarropa, me di cuenta de que no tenia mas tema de conversación, por lo que decidí preguntarle sobre sus calcetines. Le dije que me gustaban y le pregunte de donde eran. Esta no era, en absoluto, una pregunta seria. Yo sabía que el estilo era importante para él y disfrutaba de tiempo en tiempo, con burlarme de esto. En realidad no me gustaban tanto sus calcetines. Eran un par de calcetines ordinarios. Sencillamente quería saber cuanto estaba dispuesto a pagar por un par de Yohji Yamamoto o Margaret Howell, o de cualquier tienda de precios exorbitantes a las cuales, pensaba yo, dependería para comprarlos. Yo compartía esa idea generalizada de que los hombres gay tienen un conocimiento profundo sobre las minucias del estilo.

Para entonces no sabía nada sobre la vida personal de Rod. La única razón por la que sabía que era gay, fue porque uno de los productores ejecutivos del film sobre mi novela, que estaba adaptando para la BBC, lo había tildado como una “vieja reina histérica”, luego de mostrarle interés, con la determinación y fuerza que lo caracterizaban. De hecho, a mi nunca me pareció ni histérico, ni reina, ni viejo.

Al llegar su abrigo, me contó que había comprado sus calcetines en Marks & Spencer. Le habían costado £3.99. El evito despedirse y se dirigió hacia los escalones. Era flaco y alto -6 pies y 4 pulgadas-. Jeremy Brock había observado de manera precisa que Rod parecía alguien salido de una pintura de Quentin Blake, “de talla delgada con orejas de un gigante grande y amigable”.

Observé a Rod abandonar el sótano del restaurante, subiendo los escalones de mármol verde, espectralmente iluminado desde sus tobillos por los resplandecientes paneles rojos. Esperé por mi abrigo. El servicio del guardarropa no era mejor que el del restaurante. La luz del fluorescente azul hacía que todo se vea elegante pero frío.

Yo habría disfrutado de la comida, pero la conversación con Rod se vio algo forzada. Tuve una disputa con Rod, unos meses atrás, referida a la fecha de un contrato en particular, en donde tuvimos varios intercambios telefónicos y correos electrónicos subidos de tono. No tenia sentimientos encontrados hacia el. Sencillamente manteníamos una relación profesional. Mi hermano menor, Jack, en la otra mano, le cortaba el pelo en su salón de Soho y lo conocía mejor; lo describía como “un hombre amoroso y bueno”.

Es una descripción de el que yo habría de escuchar muchas veces hacia el final de ese año. Algo similar esta grabado en su tumba. Esta enterrado a unos metros de donde yacen los restos de su padre. Se lee en la lapida de Rod:

Roderick Thomas Berringer Hall
“Rod”
27.04.51 – 22.05.04
Un hombre bueno y amable
Recordado con amor

Es más que probable que Rod estuviera viéndose con Ozzy, que es como lo llamaba, en la misma época en que tuvimos ese almuerzo, pero nadie sabe con seguridad, cuando se encontraron por primera vez. Charlotte Mann, su socia empresarial y amiga cercana, recibió un correo de el, de fecha 13 de diciembre del 2003 con el encabezado “Mnnnnnnnnn!”, que decía:
“Acabo de llegar a casa de una mega comilona procaz (diversión/comida/diversión)…
Descanso y relax para esta semana. El próximo año será maravilloso. Cariños – Rod”.

Charlotte esta convencida que esa “mega comilona procaz” era con Ozzy. No había otro mas en su vida a medida que el año se aproximaba a su fin; aunque a inicios del 2004 Rod venia teniendo cenas románticas con diferentes hombres, definitivamente mas jóvenes que el. Había terminado una relación con su compañero de casi 30 años, Stuart Hay, y desde entonces, de acuerdo a Stuart, se había convertido como un chico de escuela suelto en una tienda de dulces.

Entre los amantes reconocidos durante los primeros meses del 2004 encontramos a un auxiliar de vuelo de Kuala Lumpur, un director de cine chino, un filólogo español y un joven de las islas Barbados. Ninguna de estas relaciones representó algo serio para Rod, pero hacia fines del año, en la primavera, conocio a un Coreano, Seok Kyu Choi, con quien pensó se estaba enamorando.

Stuart continúo viéndose con Rod, aun después de haberse separado. Habían estado “casados” después de todo, desde 1974. Se conocieron en Londres, donde Stuart, que era dos años mayor que Rod, estaba estudiando literatura Inglesa. Aun se seguían amando a pesar de estar separados. De hecho al final se encontraban mas cerca uno del otro. La hermana de Rod pensaba que se amistarían tarde o temprano, y continuarían creciendo juntos hasta la vejez.

Stuart tiene su propia versión del primer encuentro entre Rod y Ozzy. Fue durante un periodo en que -así lo siente Stuart- Rod quería castigarlo. Rod mantenía informado a Stuart de todos los hombres que iba conociendo y Stuart esta convencido que esto era para vengarse. Rod aun se sentía furioso con Stuart por haberlo dejado. La discusión que los llevo a la separación llego a su fin en una cena en el Café Troubadour en Earl’s Court, la noche del 15 de marzo del 2002. Stuart esta seguro de la fecha porque fue un día antes de su cumpleaños. Ambos ordenaron hamburguesas orgánicas.
Cuando llego la cuenta, Stuart recordó que el café no aceptaba tarjetas de crédito. En todo momento intento pagar, pero no tenía en ese momento un cheque o efectivo. Le pidió a Rod que pague. Para asombro de Stuart, Rod estaba indignado. No solo tengo que velar por todos mis clientes, y por Clare y Charlotte en la agencia, sino también por ti.

Stuart se puso furioso. Como te atreves a hablarme de esa manera...

No era solo el mal tono en el habla de Rod: era una acumulación de emociones que de alguna manera en el restaurante, en ese momento, había alcanzado un punto de crisis. A Rod le gustaba nutrir a la gente y eso es lo que hizo. Tomo a personas bajo sus alas, pero Stuart de pronto tomo conciencia que no quería estar bajo las alas de nadie, nunca más.

Ambos utilizaban relojes Jaeger-LeCoultre Reverso que se habían comprado hace 12 años como símbolo de su amor y lealtad mutuos. En el momento de abandonar el restaurante, Stuart se quito el reloj y lo arrojo frente a un autobús que en ese momento pasaba. Rod lo tomo del brazo y le suplico, No

Y en el instante que Rod dijo eso –y por razones que Stuart no puede entender- decidió que de ahí en adelante la dinámica de su relación de pareja tenia que cambiar de lleno. No podía mas sobrellevar ser el niño pequeño de Rod.
Y hacia fines de marzo, Stuart se mudo del flat donde vivían en Earl’s Court, para ir a vivir con unos amigos. En el verano vendieron el flat. Rod se mudo a un loft diseñado especialmente por un arquitecto, ubicado en Southwark, y Stuart compro un apartamento en Brixton.

Fue luego de la separación que Rod –que siempre fue fiel y monógamo- empezó a tener encuentros sexuales frecuentes con hombres muy jóvenes. El decía que quería una relación de pareja estable y cariñosa, sin embargo empezó a frecuentar hombres que jamás le darían eso; al menos no entre la comunidad S&M (*), o entre muchachos de 20.

Yo lo se, decía Rod. Pero ellos son hermosos...
(Continuara…)
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(*) sadomasoquista

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