Sunday, April 26, 2009

El Movimiento de la Memoria (Cuarta entrega)

Por Jeremy Treglown(Fuente: revista literaria GRANTA numero 105, Spring 2009)

(Viene del post anterior...)
El primer encuentro que tuve con Santiago fue un miércoles despejado y frío, en Valdecaballeros, a comienzos de Diciembre del 2008; el regresaba de un nuevo proyecto al norte de Cáceres el cual no parecía ir bien. Estaba interesado en un reporte de una fosa en un pueblo pequeño cerca de Guadalupe. Valdecaballeros esta entre esos dos lugares y Marina se ha contactado recientemente con la asociación. El 70 aniversario de la muerte de Waldo se cumplirá el próximo mes de abril. Cumpliendo el deseo de su hija Benilde, los familiares tiene la esperanza de encontrar sus restos para darle cristiana sepultura.
Se nos unieron al grupo dos hombres de inspección de terrenos que vinieron en la SUV de Madrid, trayendo equipos de geo radar y un detector de metales. Después de almorzar les pregunte acerca de los gastos que involucran su trabajo. Por los proyectos que realizaran en la zona existe una subvención estatal pero el propietario de la empresa que reconoce los terrenos, un hombre locuaz de nombre Luis, dice que esa subvención no cubre ni remotamente los gastos del proyecto. Indignado comentó que “si un avión se estrella, aparecen por todos lados, bomberos, ambulancias, la Guardia; pero como los muertos de la Guerra Civil están bajo tierra, nada. Además, ¿Usted tiene alguna idea de cuanto cuesta un kilómetro de autovia? Seis millones de euros.” Pensaba en estas analogías mientras íbamos conduciendo para reunirnos en una curva de la carretera ubicada en los limites del pueblo, con el pequeño convoy: un hombre viejo en un Mercedes, Marina y su madre, la hermana de Marina y su amigo, Manuel. Benilde se quedo en Madrid con otros parientes.

La ruta que tomamos fue la misma que Waldo realizo en su ultimo viaje. Nos estacionamos al lado del camino principal y mientras caminamos detrás del Jeep de los inspectores, por una colina esparcida de robles; las nietas de Waldo empezaron a mostrarse crecientemente preocupadas. En este lugar, más cercano a Castilblanco que a Valdecaballeros, el terreno se inclina regularmente y los árboles están más distanciados. No hay otra cosa en el lugar que una cima plana hacia el norte –con su vista amplia, un punto estratégico durante la Guerra Civil- y un reservorio de la época de Franco hacia el sur, solo se destacan sobre el terreno grupos sucesivos de cardos. A mitad de camino, el hombre del Mercedes, que resulto ser un ex alcalde de Valdecaballeros, nos manifiestó que el pensaba que la tumba estaba ligeramente al oeste del camino de trocha por el que andábamos. Era por ese lugar donde los republicanos se habían atrincherado y donde Waldo y otros fueron sepultados.

Manuel, y de eso no quedo duda alguna, era de por si un aficionado de la Guerra Civil. Luego de unas consultas, el y Santiago rectificaron el camino y se dirigieron a lo largo de la ruta principal con la finalidad de orientarse. Regresaron al lugar previo con actitud decisiva. En el sendero que hay hacia el este y como a cien metros de donde se encontraba el ex alcalde, los inspectores desempacaron su detector de metales y lo que parecía un aparato que venia posicionado en un pequeño coche a ruedas: una estructura triangular montada sobre tres ruedas neumáticas; y debajo, una caja de plástico sobre un cabestrillo, que contiene una maquina de radar; sobre los manubrios, el monitor. A continuación se inicio una especie de procesión sobre el terreno accidentado; por momentos empujando hacia adelante el coche de radar, por momentos maniobrando con el detector de metales de un lado a otro o las dos operaciones al mismo tiempo. No convencido por los resultados de esta actividad, el exalcalde regreso a casa. Me comentó sus dudas sobre este procedimiento. Veinte años atrás, vivían aun personas que sabían exactamente la ubicación del lugar. Hoy va a ser sumamente difícil encontrar a alguien con información confiable. Además, con parientes muertos en ambos lados, esta era una verdad para muchas de las personas de los alrededores.

Santiago habla a través de su celular. La mujer se acurruca al hablar. Manuel y yo observamos por sobre el hombro de Luis las oscilaciones del subsuelo que nos muestra la pantalla del monitor. Han encontrado lo que piensan es la línea de la zanja y que corresponde a las indicaciones que sobre la orientación había dado el exalcalde. En un punto sobre la diagonal inspeccionada aparece un territorio ancho, profundo y triangular que parece indicar una fosa. Santiago marca con una roca el centro del terreno a la par que se plantan algunos conos de tráfico sobre la línea que delimita este terreno.

Luis toma el detector de metales cuando se encuentra en el punto mas alto, al oeste del terreno delimitado, empieza a emitir el pitido. Desliza la placa del detector sobre el resto del terreno, toma una pala y empieza a cavar. A unos centímetros de la superficie encuentra un cartucho de bala opacado, inequívocamente diferente a los cartuchos de caza que se suelen encontrar por estos territorios de venados y jabalíes salvajes. Continua escarbando la tierra y alerta a Santiago, mientras el resto de nosotros nos agachamos para dar una mirada al pequeño objeto. No lejos de ese lugar y en la misma línea, Luis encuentra un segundo cartucho.

Este fue un punto culminante en la tarde. Y luego vendrá otro, cuando Santiago, seguro del éxito de la empresa, empezó hacer las gestiones para obtener las excavadoras mecánicas. Coincidiendo con el buen humor, Marina le comenta feliz que la familia de Manuel tiene dos maquinas. Los planes para el próximo día fueron discutidos –Santiago aun tiene que regresar a Cáceres para otra excavación- y la mujer se retiro del lugar. Luis, sin embargo, no se encontraba satisfecho: ‘No me sorprende encontrar balas donde hubo una trinchera militar. Me sentiría mejor si encontráramos mas de ellas’. En el tiempo que les quedo de luz, Santiago les pidió a sus hombres que sigan trabajando sobre diferentes partes del terreno, pero nada se materializo. Acordando reunirnos mas tarde esa noche, empacamos nuestras cosas, nos dimos las manos y nos retiramos. Luis y sus colegas regresarían a Madrid, Santiago a Cáceres y yo a mi hostal en las inmediaciones.

Al inicio del invierno en Andalucía, empieza la cosecha de olivos, y he tomado conocimiento que los trabajadores españoles que hace cuarenta años abandonaron el trabajo agrícola en favor de la construcción, están empezando a regresar al campo, con la consecuencia que las entidades benéficas tienen ahora que alimentar a los trabajadores itinerantes del África que vienen siendo desplazados. Aquí se ven involucradas dolorosas y diversas memorias culturales: recuerdos de la España hambrienta que tan bien conoció Waldo Ruiz. Traté de imaginarme aquellos tiempos a la mañana siguiente de la inspección, al lado del camino entre Valdecaballeros y Castilblanco, mientras Manuel se moviliza ruidosamente con su excavadora amarilla a través de una densa y fría niebla. Le sigue Santiago en una camioneta Volkswagen de pasajeros y por otro automóvil que también moviliza voluntarios –en total seis, todos jóvenes de entre veinte y treinta años, con educación superior y algunos de ellos entrenados en prácticas arqueológicas. En la parte trasera de la VW, hay un saco lleno de picos y palas y un baño portátil para las necesidades básicas.

A eso de las diez y treinta, la excavadora realizo con cautela la primera perforación de medio metro de profundidad en el lugar donde Santiago había dejado la piedra el día anterior. Todos empezaron a extender la pila de tierra que la excavadora iba removiendo. La misma que era filtrada con cuidado a un lado. Una joven mujer que trabaja a tiempo completo para la ARHM, rastrillo dentro de la excavación. Nada. Dirigido por un miembro veterano del equipo, Manuel repitió este proceso lentamente a lo largo de la línea demarcada, hasta cavar una trinchera poco profunda de unos seis metros de largo. Luego se le pidió que vuelva hacer la misma operación, cavando otro medio metro. Se llega así al nivel que usualmente se encuentran los restos, y una vez mas, los ánimos se volvieron expectantes. En varias oportunidades, uno que otro miembro del equipo le pedia a Manuel que se detenga, descendiendo en la zanja y rastrillando alrededor de areas donde la tierra parecia mas suave o de diferente color. Cuando la excavación era de casi dos metros de profundidad, una nueva zanja se empezaba a cavar, paralela a esta y a un metro de distancia. (Continuara…)

Saturday, April 25, 2009

"AMERICA"

"La poesía no es la expresión de la linea del partido. Es
ese tiempo de la noche en que descanso en la cama,
pensando en lo que realmente piensas, convirtiendo la
vida privada en pública. Eso es lo que hace el poeta".

--Allen Ginsberg


AMERICA / Allen Ginsberg


America te di todo y ahora no tengo nada.
America dos dólares con veintisiete centavos, enero 17 de 1956.
No puedo soportar mi propia mente.
¿America cuándo terminaremos la guerra humana?
Anda vete a fornicar con tu bomba atómica
No me siento bien, no me molestes.
No escribiré mi poema hasta no estar en mi sano juicio.
¿America cuándo serás angelical?
¿Cuándo te vas a quitar la ropa?
¿Cuándo te vas a mirar a través de la tumba?
¿Cuándo te harás merecedor de tu millón de Trotskistas?
¿America porque tus librerías están llenas de lagrimas?
¿America cuando vas a enviar tus huevos a la India?
Estoy enfermo de tus demandas insanas.
¿Cuándo podré ir al súper mercado y comprar lo que necesito con mi buen aspecto?
America, después de todo somos tu y yo los perfectos y no el próximo mundo.
Tu maquinaria es demasiado para mi.
Tú me quieres convertir en un santo.
Debe haber otra manera de resolver esta historia.
Burroughs esta en Tangiers yo no creo que regrese, seria siniestro.
¿Eres tú la siniestra, o es esto algún tipo de broma pesada?
Estoy tratando de ir al grano.
Me niego a renunciar a mi obsesión.
America deja de empujar, yo se lo que hago.
America las flores del ciruelo se están cayendo.
No he leído los diarios por meses, todos los días alguien va a juicio por asesinato.
America, me siento sentimental por los Wobblies.
America, yo solía ser comunista cuando era muchacho y no me arrepiento.
Fume marihuana cada vez que pude.
Me quedo en casa por días enteros con la mirada fija en las rosas del closet. /
Cuando voy al barrio chino me emborracho y nunca me privo.
Mi mente esta maquillada, va haber problemas.
Me hubieras visto como leía a Marx.
Mi psicoanalista piensa que estoy perfectamente bien.
No diré la Oración al Señor.
Tengo visiones místicas y vibraciones cósmicas.
America aun no te he contado que le hiciste al tío Max luego de su venida de Rusia.
America son ellos los malos rusos


Me dirijo a ti.
¿Vas a permitir que la revista Time controle nuestra vida emocional?
Estoy obsesionado con la revista Time.
La leo todas las semanas.
Su portada me clava la mirada cada vez que me escabullo por la esquina de la tienda de dulces. /
La leo en los sótanos de la librería publica de Berkeley.
Siempre me esta hablando de responsabilidad. Los hombres de negocios son serios. Los productores cinematográficos son serios. Todos son serios menos yo.
Me sucede que yo soy America.
Estoy hablándome nuevamente.


Asia se esta levantando en mi contra.
No he encontrado la oportunidad en un hombre chino.
Mejor habré de considerar mis recursos nacionales.
Mis recursos nacionales consisten en dos tronchos de marihuana millones de genitales una literatura privada inpublicable que anda a 1400 millas por hora y veinticinco mil instituciones mentales.
No digo nada acerca de mis prisiones ni de los millones de desprivilegiados que viven en mis macetas bajo la luz de quinientos soles.
He abolido las casas de putas de Francia, Tangiers es la próxima.
Mi ambición es de ser presidente a pesar del hecho de ser un Católico.


¿America como puedo escribir una letanía sagrada bajo tu estupido humor?
Continuare con mis estrofas individualmente como Henry Ford con sus automóviles más aun si ellas tienen sexos diferentes
America te venderé mis estrofas a $2500 la pieza aceptare $500 en parte de pago por tu vieja estrofa
America libera a Tom Mooney
America salva a los Españoles Realistas
America Sacco&Vinzetti no deben morir
America yo soy los muchachos de Scottsboro.
America cuando yo tenía siete, mama me llevo a las reuniones de la Célula Comunista y nos vendieron garbanzos a una mano por ticket a cinco centavos el ticket y los discursos eran libres y todos eran angelicales y sentimentales y sinceros sobre los trabajadores, no tienes idea la gran cosa que era el partido en 1835 Scott Nearing, era un esplendido y honorable y viejo hombre Madre Bloor hazme llorar, yo vi una vez a la simple Israel Amter. Todos deben haber sido espías.


America tu realmente no quieres ir a la guerra.
America son ellos los malos rusos
Ellos rusos ellos rusos y ellos hombres chinos y ellos rusos
La Rusia quiere comernos vivos. El poder de la Rusia esta loco. Ella quiere llevarse nuestros carros de nuestros garajes. /
Ella quiere arrebatarnos Chicago. Ella necesita un Readers’ Digest Rojo.
Ella quiere nuestras plantas de autos en Siberia. El y su gran burocracia administrando nuestras estaciones de servicio./
Eso no es bueno. Ugh. El hacer que los indios lean.
El necesita hombres negros negros. Hah. Ella nos hace trabajar a todos dieciséis horas al día. Auxilio.
America esto es muy serio.
America esta es la impresión que me hago al ver el set de televisión.
¿America esto es correcto?
Mejor me iré a trabajar.
Es verdad que no quiero enlistarme en el ejercito o convertir el torno en fabricas de partes de precisión, de todos modos soy corto de vista y psicopático.
America estoy poniendo mi hombro raro a la rueda.

Monday, April 20, 2009

El Movimiento de la Memoria
(Tercera entrega)

Por Jeremy Treglown
(Fuente: revista literaria GRANTA numero 105, Spring 2009)

(Viene del post anterior...)
Marina Gómez Pastor vive con sus padres y su hermana en Valdecaballeros, un pueblo pequeño -aun para los estándares de la región-, de Extremadura, al suroeste de España. Ella es la nieta menor de Benilde Ruiz Fernández, una viuda que fue la presencia permanente en su vida mientras creció, en los años 80’s y 90’s. Este fue el periodo denominado por los españoles, de “la transición”: ese precario trance a la democracia luego de la muerte de Franco en 1975. Por consenso general, era mejor visto en aquel entonces no hablar demasiado sobre el pasado, al menos públicamente. Una nueva constitución tomo tres años en elaborarse. Y durante este periodo España fue gobernada primero por gobiernos escogidos por un joven e inexperto Rey Juan Carlos –el primero de estos gobiernos al mando nada menos que del ex “Carnicero de Málaga”, Carlos Arias Navarro. La mayoría de las estructuras de Franco se mantienen vigentes y los ejércitos siguen leales a su memoria. Partidos políticos y uniones sindicales democráticamente organizados, empiezan muy lentamente a ganar fuerza y el grupo separatista Vasco ETA se encontraba muy activo. Y cuando finalmente se realizan las elecciones generales de 1977, llega al poder Adolfo Suárez –un hábil liberal de centro, pero otra vez, alguien que había empezado su carrera política bajo el patrocinio de Franco. Pasados tres años más, hubo un serio intento de nuevo golpe militar.

Además, durante la dictadura,- con todos sus censuradores, su propaganda, sus políticas desarrolladas desde arriba y a puerta cerrada, y con su actitud a desaparecer en forma misteriosa-, la gente había prácticamente olvidado lo que significaba hablar abierta y libremente en publico sobre cualquier tema de interés. Las conversaciones, sin embargo, no estaban restringidas “en casa” y a medida que el tiempo paso y las nuevas libertades iban apareciendo como un hecho crecientemente real; Benilde empezó a contarle a su nieta las historias del pasado; particularmente una historia ocurrida en un día de abril de 1939, tenia diecisiete años.

Ella era la menor de tres hermanas. Cuando eran jóvenes, su padre Waldo –diminutivo de Ubaldo- Ruiz Belmonte, trabajaba en los campos de cultivo que existen entre Valdecaballeros y la siguiente villa, Castilblanco. Venían viviendo desde antes, tiempos desesperados. En 1923, inmediatamente después del nacimiento de Benilde, la nueva dictadura militar fortaleció el feudalismo, que en ninguna parte era más fuerte y arraigado que en la empobrecida Extremadura. Viajeros extranjeros de la época en esta región, contaban como, si se encontraban almorzando un plato que incluía un trozo de carne, inmediatamente las gentes de los alrededores se amontonaban alrededor de la mesa. En el invierno de los años 1931-32, los trabajadores del campo de Castilblanco se fueron a la huelga –huelga que inspiro al cineasta Buñuel la realización del film Tierra sin pan- y para la primavera de ese 1932 estos campesinos se encontraban en situación de hambruna. En ese mes de abril durante una demostración, un miembro de la Guardia disparo a uno de los huelguistas. Como respuesta, la población con piedras y cuchillas en mano, se alzo contra el destacamento policial matando a cuatro de ellos. El evento origino la ira nacional y fue un preámbulo de lo que iba a venir.

Durante gran parte de la Guerra Civil, una porción de la línea de frente pasaba entre los dos pueblos. Valdecaballeros al sur, fue tomado por los nacionalistas y un número de familias, los Ruiz entre ellas, se trasladaron 200 kilómetros al este hacia Daimiel, un área de importancia agrícola en manos de los republicanos y una de las fuentes de recursos más importantes para las fuerzas leales. También era considerado centro del movimiento sindical.

De acuerdo a la historia narrada por Benilde, todos estaban muy ocupados por mantenerse vivos, como para utilizar parte del tiempo a la política. Cuando hacia el final de marzo de 1939, Franco declara la victoria, ellos asumieron que la guerra había terminado y juntos con todos los demás vecinos deciden emprender el retorno a casa. En el momento en que la caravana empezó a bajar la cuesta que los llevaría a Valdecaballeros, fueron interceptados por un grupo de soldados. Waldo y otros hombres del grupo fueron arrestados y trasladados a una prisión en el pueblo, por la Falange. Ahí estuvieron incomunicados por tres días. Lo que sea les haya sucedido durante esos tres días a manos de las tropas victoriosas, el hecho es que se dio una nueva orden para que los detenidos fueran trasladados en un viaje a través del camino de Castilblanco hacia la cima de una colina, que había sido utilizada como trinchera republicana, en donde fueron fusilados y enterrados en una fosa.

Para la viuda de Waldo este hecho represento el fin de todo. Exhausta no solo por los años de la guerra, sino ahora además, por las especulaciones obsesivas del porque lo habían matado (el había denunciado en alguna oportunidad a una mujer de Castilblanco que habría robado dos de sus mulas: ¿tendría este hecho alguna relación con su fusilamiento?), ella al poco tiempo también habría de morir. Quedo a cargo de Benilde el cuidado de sus hermanas menores, encontrarse un marido y tener sus propios hijos. En los años 40’s la vida en España no solo era mas difícil que en las décadas anteriores de los 20’s y 30’s, sino que además para cualquier ciudadano que era reconocido opuesto al régimen dictatorial, era hasta terrorífico. La política de Franco, fue una mezcla de triunfalismo y venganza y muchos de los muertos de la Falange fueron exhumados y vueltos a enterrar con honores. Aquellos que eran asociados al republicanismo debían mantener la cabeza baja y la voz callada. Y cuando Benilde empezó a contar su historia en casa, encontró una audiencia desbordada en su nieta Marina. En su escuela donde una sensitiva e inteligente maestra educada durante los tiempos de Franco, la Guerra Civil era raramente mencionada y esto incentivaba más aun la curiosidad de Marina. Ella quería hacer algo por su abuela, y algo por el pasado.

Y como Marina, otros de la nueva España europea empezaban a sentir que esa historia no había tenido la suficiente atención, o peor aun, habia tenido la atención equivocada. Monumentos al dictador aun se encuentran en todos lados: calles con el nombre de generales nacionalistas, Queipo del Llano entre ellos; plazas de ciudades dominadas con estatuas ecuestres de Franco; pórticos de iglesias memorializando a aquellos que murieron “por Dios y por España”, como si todos los que lucharon en el otro bando, fueran inevitablemente ambos; ateos y malos patriotas. Y fue esto, en efecto, lo que el franquismo enseño, especialmente en la iglesia. En la catedral de Jaén, no lejos del lugar donde Lorca fue asesinado, cada uno de los cuatro pilares que existen en su interior, contienen un monumento a los religiosos de la diócesis, asesinados durante la Guerra Civil: 135 son los nombrados, en un rango que va desde un obispo y algunos dignatarios cardenalicios a un monje y dos alumnos del seminario. La mayoría eran sacerdotes de parroquias. Los asesinatos, que ocurrieron en muchos otros lugares de España (unos 6,800 sacerdotes, monjes y monjas, es el numero que se piensa fueron asesinados; numero mayor a los asesinados en la Revolución Francesa) son una acusación hacia ciertas facciones del movimiento republicano y no es difícil de imaginar el impacto que estos hechos tuvieron entre las comunidades donde los sacerdotes aun son importantes. Pero este monumento contiene dos mentiras. Una es la que dice que los religiosos murieron en lo que es descrito como “La Revolución Marxista de 1936-1939” en vez de indicar que fue como resultado de un golpe militar apoyado por la jerarquía de la Iglesia. Y la otra mentira es por omisión. No existe un monumento en la catedral por los muertos republicanos, por aquellos demócratas que fueron derrocados con el auspicio y la exigencia de la mayoría de obispos, y una vez ejecutada, acogida por el Papa Pío XII, a través de un mensaje publico a Franco, “con inmenso regocijo”.

Para los años 80’s y 90’s, si bien la democracia no se encontraba mas en el lado critico, la presión por remover los monumentos se hizo cada vez mayor. De manera mas constructiva, asociaciones locales de voluntarios, han empezado a ver la forma de asistir a aquellas personas que sufrieron durante la dictadura y ver la forma publica de consenso para enmendar actos del pasado. En particular, para que aquellos que fueron asesinados por el auto nombrados representantes de “Dios y España”, sean finalmente conmemorados. Uno de los primeros signos en el cambio de actitud apareció a inicios de los años 80’s, cuando las familias locales apoyadas por la organización sindical instalo un memorial en un campo cercano al paso de Caude en la carretera de Valencia a Zaragoza, en la zona central-este de la provincia de Teruel. Había en ese lugar un inmenso pozo de agua de ochenta y cuatro metros de profundidad. Durante la Guerra Civil fue cubierto gradualmente con los cuerpos de cientos de personas ejecutadas sin juicio, la mayoría de ellos miembros sindicales de la Sociedad Obrera Agrícola.

En parte bajo la influencia de movimientos similares en áreas de Latino America, familias han empezado a desenterrar tumbas comunes para darles a los restos un entierro decente. Exhumaciones de este tipo originan impresiones duraderas, incluyendo a los miembros de la familia de Waldo Ruiz. Esta exhumación tuvo lugar a comienzos del nuevo milenio en El Bierzo, en la región de León, provincia famosa porque ahí se gesto y desarrollo el movimiento de resistencia contra Franco, posterior a la Guerra Civil. La fosa común en cuestión contiene los restos de “los 13 de Priaranza”, un grupo de militantes izquierdistas ejecutados por miembros de la Falange en octubre de 1936. La exhumación fue planeada por un joven periodista de nombre Emilio Silva. Su padre, con apenas 10 años de edad pasó de ser un candido niño de escuela, a tomar responsabilidad por toda la familia. La razón de este cambio de fortuna fue que el abuelo de Emilio, un inteligente y abierto Republicano que había emigrado a America pero retornado en 1925 para cazarse y empezar un negocio en El Bierzo; fue capturado por la Falange y junto con los 13 de Priaranza, fusilado y enterrado en una fosa. Al igual que Marina y muchos otros que nacieron hacia el final y después de la muerte de Franco, el joven Emilio creció reflexionando que es lo que debió significar que un niño, que de pronto, se convierta en cabeza de una familia española de fines de los 30’s. Emilio lleva el nombre de su abuelo. En “Las Fosas de Franco” -el titulo del libro del cual el es co-autor, es difícil de traducir, porque la palabra “fosa” significa tumba, pero también “zanja”; una tumba propiamente lleva un nombre mas digno como “tumba” o “sepultura”- el ha escrito sobre su familia, sobre el viaje de su abuelo en la parte trasera de un camión al remoto lugar, donde los hombres habrían de ser fusilados, sobre la experiencia que fue esperar su turno y sus ultima suplicas de piedad:

“He pensado muchas veces sobre como debe haber sido el terror de mi abuelo durante esas horas, sobre el terror de cada uno de esos hombres mientras eran conducidos al matadero: miedo por la vida propia, miedo por la familia que dejaba, sobre si serian castigados. Mas de una vez he cerrado mis ojos y he tratado de ponerme en el lugar de mi abuelo, para sentir la misma agonía, la misma impotencia, el mismo pánico.”

Emilio describe la búsqueda de la fosa comun, impulsado en parte, por estas imágenes, y en parte por el deseo de conseguir lo que su abuela intento, con la búsqueda infructuosa por obtener el apoyo oficial, para poder encontrar los restos de su esposo. La narración es particularmente descriptiva cuando escribe sobre lo aprendido de la experiencia común: que mientras los sobrevivientes iniciales frecuentemente se mostraban seguros de cual era la ubicación de un lugar, cuando eran llevados al lugar, hasta el sepulturero se mostraba confundido por los cambios de cultivos, y nuevos caminos y edificios. Entrenado como un sociólogo, Emilio se vio cada vez mas envuelto no solo en sus propias indagaciones, sino en las de aquellas personas que compartían sentimientos de perdida similares, en el pasado. El fue particularmente influenciado por el profesionalismo de dos personas que lo contactaron a raíz de un artículo de prensa escrito por Emilio, publicado en el diario La Crónica de León. Ellos son Julio Vidal, un arqueólogo cuya madre es de Priaranza, y su esposa, María Encina, una antropóloga forense.

Esta pareja ha venido siguiendo los trabajos de “arqueología contemporánea”, que se han presentando en varios lugares de tanto Europa, incluyendo sitios de la Primera Guerra Mundial, en Francia; como de Argentina, Ruanda y Croacia. Están familiarizados con los protocolos y procedimiento que giran en torno a esas investigaciones, así como del uso de las pruebas del DNA, identificando restos problemáticos, y estaban buscando la oportunidad de emplear estos métodos, a las actividades similares que venían tomando lugar, de una manera mas desordenada, en España. Ambos quedaron impactados con las excavaciones de Arganza, en donde dos años atrás, los diversos restos óseos correspondientes a media docena de hombres, fueron recolectados a través de las palas de una maquina excavadora para ser depositados en una carretilla y trasladados al cementerio. Emilio se apresuro a incorporar a la pareja y a varios voluntarios, entre los que se encontraba un joven historiador de la Guerra Civil, Santiago Macias. Todos los que trabajaron en Priaranza del Bierzo se entregaron apasionadamente para develar lo que ellos vieron como su verdad sobre la Guerra Civil. En palabras de Emilio, “Estamos empezando a construir una isla de justicia histórica, en el mar de amnesia, sobre aquellos que, con sus ideas y con su trabajo político, construyeron la primera democracia de España”.

Las exhumaciones tomaron tiempo. La identificación de alguno de los restos involucra lentas búsquedas en los archivos, así como pruebas del DNA. El profesionalismo de todas estas personas atrajo la atención de los medios y de políticos locales, y pronto las autoridades locales votaron a favor de soporte financiero para la jurisdicción, destinados a proyectos similares que se lleven a cabo en el futuro. Emilio y Santiago, mientras tanto, recibieron un diluvio de requerimientos y llegaron a la conclusión que si bien es cierto que muchas asociaciones regionales persiguen similares investigaciones, y desde diferentes fuentes, incluyendo archivos locales que en su gran mayoría son inaccesibles y con catálogos deficientes; no existía un foro nacional que aglutinara todos estos trabajos. Juntos crearon una de las más poderosas organizaciones de base en España: La Asociación para la Recuperación de la Memoria histórica (ARMH).

Por su reputación, uno pensaría que la ARMH esta ubicada en un palacio en algún lugar cerca al Prado. Sus actividades son seguidas prácticamente todos los días en la prensa española; cuenta con una pagina Web extremadamente eficiente, informativa y muy visitada –www.memoriahistorica.org-, con mas de 6,000 miembros registrados. Emilio y Santiago han sido invitados en numerosas oportunidades a conferencias internacionales de organizaciones relacionadas, entre ellas el Alto Comisionado para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas. El trabajo de la asociación consiste en gran parte en darle ímpetu a la Ley de la Memoria Histórica. Su local consta de un pequeño departamento propiedad de Emilio y ubicado en uno de los suburbios de Madrid; la casa de Santiago en el oeste de España y una Van. Ambos hombres se pasan gran parte del día hablando a través de varios teléfonos celulares. La oficina de Emilio es como un Mar de los Sargasos de Laptops, DVDs, libros, panfletos y recortes de prensa; y a Santiago se le suele encontrar usualmente en una u otra oficina.
(Continuara…)

Sunday, April 19, 2009


El Movimiento de la Memoria
(Segunda entrega)

Por Jeremy Treglown
(Fuente: revista literaria GRANTA numero 105, Spring 2009)

Décadas después del final de la Guerra Civil Española, sus victimas se encuentran en el corazón de una intensa batalla


(Viene del post anterior...)
Exuberante, atractivo, engreído, incontrolable, extraordinariamente extravagante; Lorca siempre le tuvo miedo a la muerte. Y utilizo estos sentimientos hacia la muerte y el sexo –su homosexualidad, su mezcla de fascinación y horror hacia la sexualidad femenina-, en su trabajo creativo. Al igual que el cineasta Pedro Almodóvar hoy en día, Lorca era reconocido dentro y fuera de España, con las consecuencias de la hostilidad de aquellos españoles que no gustaban de su arte, o si quiera, la idea de ese arte agravado en el sentimiento de ellos mismos como personas rechazadas y por tanto daba a España una mala reputación. Pero pensar en torno a la Guerra Civil en esos términos de internacionalidad, acarreaba el riesgo de olvidar su intenso localismo. En regiones como la nativa Granada de Lorca, sus participantes con frecuencia tenían parientes en ambos bandos; fueron a la iglesia y a la escuela juntos, han tenido amigos y enemigos en común; conocían los secretos de los otros, sus fantasías, sus envidias. Y cuando Lorca se hace famoso fuera de Granada, algunos de aquellos que dejo atrás se volvieron extremadamente orgullosos de su éxito, mientras que a otros les origino envidia. Todo ello además de la cercana amistad con Salvador Dalí y Luis Buñuel.

Entre los más activos partidarios de la presente ola de exhumaciones se encuentra el biógrafo de Lorca, Ian Gibson, cuyo primer libro publicado –aunque no en España- mientras Franco aun estaba en el poder, relata los pormenores del asesinato del poeta. Irlandés de nacimiento, Gibson se nacionalizo español y vive en la actualidad en Madrid, donde la gente en las calles y en los bares se le acerca con frecuencia para saludarle y estrecharle una mano. Su descripción perfectamente mesurada y juiciosa de los últimos días del poeta relata la complejidad de la política regional de Granada entre los meses de julio y agosto de 1936, especialmente en la falange y en las guarniciones militares: la publicidad que un diario local dio al retorno del poeta a lo que creyó era la seguridad del hogar de sus padres; el insignificante pero genuino enojo que recientemente había causado con un ataque publico a la clase media; el temor incrementado por el registro de su casa; su primera perdida durante la guerra cuando su cuñado, el alcalde socialista de Granada fue asesinado; el pánico absoluto de Lorca; el desafiante refugio que le dieron los amigos de la familia que pertenecían a la Falange. Pero lo crucial de todo este drama psicológico esta en un protagonista, diferente al mismo Lorca; en la figura del ambicioso y pomposo para luego ridiculizado y humillado conservador Ramón Ruiz Alonso, parlamentario representante por Granada. A quien la rebelión militar le deparo el primer poder real que pudiera conocer y de cómo utilizarlo a través del odio personal hacia el “poeta de la gran y gorda cabeza” y de todo lo que este representaba. En la tarde del 16 de agosto de 1936, Alonso y dos acompañantes indeseables fueron a llevárselo.

No hay consenso para definir lo que sucedió después de su captura y los hechos escasos que tenemos hacen que esta historia se vuelva tan poderosa. Sabemos que Lorca fue encarcelado al menos dos días y que durante ese tiempo fue incapaz de ocultar su terror. Podemos conjeturar que esta conducta dio a sus verdugos el ánimo y la oportunidad. Sabemos que fue esposado a un profesor de primaria republicano de nombre Dioscoro Galindo Gonzáles, y esposados fueron trasladados a Viznar, en las colinas detrás de Granada, en ese entonces una fortificación rebelde y lugar común de ejecuciones, donde noche tras noche, destacamento de prisioneros eran dispuestos frente al “Escuadrón Negro”: conformado por hombres voluntarios para este trabajo porque lo disfrutaban. Fueron asesinados y enterrados junto a otros dos prisioneros. A la mañana siguiente una de las personas que originalmente arresto al poeta, un terrateniente y conocido play-boy, amigo de Alonso, se le escucho jactarse que el había ayudado a fusilar a Lorca disparando “dos balas dentro de su culo por ser marica”.

Esto es todo lo que se sabe. Lo que no se sabe con certeza es donde fueron enterrados los cuerpos. En la actualidad existen dos monumentos a Lorca. Uno esta en una pendiente en donde hoy existe un parque de árboles sobre Viznar y cercano a un sendero de a pie que circunda la colina. Pasada esta, se encuentra una extensa fosa común en algún lugar –los árboles fueron originalmente plantados inmediatamente después de la guerra con la intención de ocultarla- en el camino a la próxima villa, que lleva el nombre de Alfaca. El otro monumento esta al final de este sendero, detrás de una reja con un candado. Gran parte del debate se centra en cual de estos lugares se encuentran los restos de Lorca y, en el actual momento, existe una fuerte presión para excavar en ambos lugares. En el caso de Lorca, las preguntas obvias y genéricas son ¿para que desenterrar y luego que?

Hasta hace poco, los sobrinos y sobrinas del poeta, se habían mostrado unidos, al menos en publico, al argumentar que la mejor manera de permanecer fiel a la verdad histórica de España, es dejando a los muertos donde se encuentran. Pero a medida que la campaña a favor de las exhumaciones viene ganando fuerza; los descendientes del hombre que fue enterrado con Lorca han manifestado su deseo por la exhumación de los cuerpos y esto de alguna manera a forzado a los familiares del poeta a reconsiderar su posición inicial. Ni los arqueólogos, después de todo, pueden excavar una fosa común de manera selectiva. Y al margen de consideraciones practicas, este caso (Lorca) ha ayudado a traer al debate ciertas complicaciones sobre el tema de la memoria.

En primer lugar, las actitudes de los españoles hacia los muertos siempre han venido acompañadas con una mezcla paradójica de reverencia y superficialidad. Las tumbas son visitadas con cierto grado de ceremonia durante las fiestas de todos los muertos, a inicios de cada mes de noviembre. La primera escena de la película “Volver” de Almodóvar, en donde Penélope Cruz y sus amigas lustran esas hileras de tumbas, es muy graciosa porque satiriza de esa manera un hecho reconocido en la vida cotidiana de los españoles. Ahora bien, debido a la naturaleza de los terrenos rocosos en gran parte del sur de Europa, muchas tumbas no se hacen cavando huecos en la tierra, sino levantando bloques de concreto llenos de compartimentos según la talla humana: huecos en la pared en donde se da cabida a cada ataúd en forma precisa y ordenada (nichos), seguido de una plancha de cemento o piedra que se sella. Tumbas de este tipo no son vendidas y adquiridas a perpetuidad en propiedad, sino alquiladas. El pago inicial da derecho a un periodo determinado de tiempo. Pero si el pago no se renueva vencido el periodo de tiempo inicial, el cadáver es desahuciado al osario que suele estar ubicado en una de las esquinas del camposanto. Los visitantes llegan en forma respetuosa con sus ramos de flores y sus coronas de plástico y al mismo tiempo pueden estar todos conscientes que a un lado se encuentra una pila desordenada de huesos y cabellos podridos. Las reliquias de los santos, tanto los religiosos como los seculares, involucran contradicciones similares. Solo unos cuantos entre las multitudes de peregrinos en Santiago de Compostela ignoran que la amplia distribución de huesos atribuidos al santo patrón son de lejos demasiados como para haber procedido de un solo esqueleto. Al igual que con Cristóbal Colon, se piensa que los restos de su hijo Diego podrían haberse confundido con los de su padre en el curso de una serie de traslados, en donde padre o hijo o ambos fueron desenterrados en forma sucesiva para volver a ser sepultados en España, La Española, Cuba y luego de regreso a Sevilla.

En este contexto, el hecho de que muchas tumbas, durante el periodo de la Guerra Civil hayan quedado sin una marca, levanta una serie de interrogantes. En los tiempos en que era peligroso prestar atención pública hacia las tumbas del bando republicano, durante la Guerra Civil y los años de represión posteriores, deben haber existido situaciones en que los deudos podrían haber dejado a modo de indicadores, algunas piedras sobre el terreno de estas tumbas. ¿Podría darse el caso que al menos algunos de los afectados –especialmente entre los republicanos más racionalistas y seculares-, considerase que el paradero de los muertos no fuera tan importante? Así lo siente el novelista Javier Marías, refiriéndose a uno de sus tíos asesinado en Madrid, conjuntamente con un grupo de estudiantes amigos. De acuerdo con Marías, su madre y las hermanas de esta, se encontraban en aquellas épocas, muy ocupadas en como sobrevivir, como para dedicarse a la búsqueda del cuerpo de su hermano y pasado el tiempo, los familiares simplemente sintieron que sus restos –donde fuera que se encuentren-, deberían dejarse junto con los de sus amigos.

También existen argumentos sobre la forma en que –al igual que en otras partes del mundo- “la memoria” ha devenido en una herramienta de la política partidaria y de ventaja personal. Entre los ejemplos mas polémicos se encuentran las recientes intervenciones del juez Baltasar Garzón, mejor conocido en el mundo anglófono por su intento en 1998 –utilizando sin precedentes el principio de la “jurisdicción universal”- de obtener la extradición a España, del General chileno Augusto Pinochet, bajo el cargo de crímenes contra la humanidad. Toda esta movida ayudo a despertar el interés por las atrocidades cometidas en el pasado, en las tierras del juez Garzón, similares a las de Pinochet en Chile. El verano pasado, Garzón tardíamente arremetió contra un grupo de autoridades ociosas frente a sus obligaciones para con la Ley de la Memoria Histórica, que entre otros puntos exige a estas autoridades a asistir y colaborar en la excavación de restos y la búsqueda de archivos y –salvo casos de interés histórico y/o arquitectónico que así lo ameriten- de remover los memoriales del dictador Franco.

Alguna de sus demandas pareciera quijotesca por no decir dictatoriales. Actuando en representación de un número de familias, el juez anuncio, por ejemplo, que necesitaba la lista completa de las victimas de la Guerra Civil en un plazo de dos semanas. Mientras que los historiadores del siglo XX están encandilados de ver como los archivadores son presionados para obtener los récords documentarios disponibles lo antes posible; también señalan que la cantidad del material es inmensa. Una investigación comparativa del campo de concentración Nazi de Mauthausen, donde varios miles de españoles republicanos que viajaron al norte para apoyar a los aliados fueron hechos prisioneros y murieron, tomo ocho años para establecer la identidad de solo 4000 prisioneros y aun esta lejos de ser completada.. No es difícil pues calcular de este ejemplo, el tiempo que se requerirá para obtener una lista razonable y precisa de, digamos, los aproximadamente 20,000 que fueron asesinados en España solo en el verano de 1936. Un censo completo de los muertos de la Guerra Civil, va a involucrar unos siete u ocho veces este número.

Los oponentes legales del juez Garzón han argumentado de forma exitosa que la Ley de la Memoria Histórica del 2007 otorga responsabilidades a las autoridades locales y no a las centrales (la España democrática de hoy es altamente desarrollada en lo administrativo) y por lo tanto el juez ha cometido un exceso en sus poderes. Pero el nunca se ha retractado de sus pedidos exagerados y ha demandado, por ejemplo, que todos aquellos antiguos oficiales de Franco que aun viven, deberán ser acusados por crímenes de lesa humanidad. Y cuando se le recordó la ley de amnistía aprobada por el gobierno electo de 1977, el juez contesto que ninguna ley esta por encima de los derechos humanos. Mientras tanto el juez viene presionando en la búsqueda de historiadores que ha demostrado la existencia de una serie de experimentos efectuados por los médicos de la falange, en algunos prisioneros republicanos, con la esperanza de poder identificar lo que se creía en aquellos tiempos, bajo el nombre del llamado “gen rojo”; como por otro lado, el hecho de que miles de niños fueran separados de sus madres republicanas, incluyendo aquellos que nacieron en prisión; para ser entregados a parejas de franquistas, o a ordenes religiosas, y con una nueva identidad. Muchas de estas personas adoptadas forzosamente aun viven y algunos de ellos han descubierto recientemente quienes eran sus padres reales.

La ley es un instrumento menos contundente que la historia. Los esfuerzos legales del juez Garzón, que incluye entre otras causas la excavación de la tumba de Lorca, podrían resultar algo ruidosos, en comparación con el trabajo paciente que se viene desarrollando. Como uno de los sobrinos de García-Lorca reclamaba: “Nosotros no necesitamos que un juez nos venga a decir que Franco era un asesino”. A la edad de casi 40, el juez Garzón estaba muy vinculado al ala izquierda del PSOE, dirigiendo brevemente su campaña anti-drogas. Cuando el PSOE retoma el poder en el año 2004, el nuevo presidente de gobierno José Luis Rodríguez-Zapatero inmediatamente empezó a presionar por la Ley de la Memoria Histórica, con la muy probable intención de inducir a los miembros claves del conservador Partido Popular a oponerse a esta ley. El actual líder del PP Mariano Rajoy cayó en la trampa permitiendo que su partido sea visto como el heredero natural del franquismo –y el PSOE en contraste, como la versión idealizada del nuevo movimiento republicano. (El mismo Zapatero suele hablar de uno de sus abuelos que fue asesinado por los franquistas, pero no del otro que pertenecía al bando oponente) Mientras tanto nadie acusa a Baltasar Garzón del crudo partidarismo que ha desempeñado; siempre fue un implacable exterminador de corruptos en el PSOE y en otras entidades. Al optar colocarse como una especie de héroe del movimiento de la memoria, el juez no habría dañado o puesto en riesgo sus posibilidades, si es que hubiera elegido retornar a la política.

Otra fuente de desacuerdos -y probablemente la mas poderosa en cuanto a las emociones- deriva de la brecha generacional. Con toda seguridad uno de los primeros grupos en proponer la exhumación de los cuerpos, fueron los sobrevivientes de la Guerra Civil. En Málaga conocí a un hombre muy reverenciado en su localidad, de nombre Francisco Espinoza, nacido en 1931, cuyo padre, una de las victimas de la falange, esta enterrado en el cementerio de San Rafael. Espinoza inicio una asociación “contra el olvido” en Málaga hacia 1977. Pero muchas otras personas que recuerdan al dictador, sin embargo, me expresaron sus dudas: y dudas que con frecuencia me parecieron estar cargadas de un elemento de orgullo herido. La pacifica transición a la democracia, frente a los ojos de estas gentes; fue un triunfo y todo ciudadano con más de 50 años, no solo lo vivió sino también participo de ella. El pragmático “pacto del olvido” (acuerdo para olvidar) de los días iniciales a la era post-franquista, podrá estar ridiculizado hoy en día, pero en su momento sirvió para un propósito crucial.

En la medida que exista, así será. En el pasado mes de setiembre (2008) en el diario El País, el novelista y columnista Antonio Muñoz Molina ataco al Movimiento de la Memoria, argumentando que sus miembros solo buscan satisfacerse a ellos mismos con la idea fantasiosa aquella que sin tener que realizar mucho esfuerzo o ponerse en una posición de peligro, están ellos de alguna manera ratificando una injusticia histórica mayor:

“El resultado de la sentimentalizacion y oficialización de la memoria misma es en si una forma de amnesia… Cualquiera que reclame que solo hoy es posible de publicar novelas o libros de historia que relaten la verdad sobre la guerra civil y la dictadura, harían mejor en decir que ellos o ellas no han leído los que fueron escritos anteriormente, o que no se van a tomar la molestia de hacerlo por estar pasados de moda.”

Me reuní con el escritor en Madrid y se expandió en el tema con un buen humor exasperado…”Usted observa las fotografías en los diarios o en la televisión de personas demasiadas jóvenes como para tener memoria alguna sobre la Guerra Civil, con lagrimas porque algunos esqueletos se hayan con sus manos atadas. Pero por supuesto que sus manos estaban atadas!”

Hay un cierto sentido detrás de toda esta crítica. Para este desinteresado extranjero hay algo absurdo en el hecho de ir a buscar cuerpos humanos enterrados hace más de setenta años y es lastimoso que se explote el sentimiento de una guerra distante para fines políticos corrientes. Las generaciones más viejas si tienen por lejos un motivo justo y un entendimiento más complejo de lo sucedido en la primera mitad del pasado siglo, que los jóvenes. Tal como me lo comento un espectador retirado que presenciaba la exhumación de una fosa: “Existen mas de dos partes en este asunto”. Manifestó que para el, nadie se veía fastidiado en relación con el resto de fosas comunes de los “nacionalistas”. Y aun existen otros argumentos a ser escuchados, particularmente aquel que establece que la moda de la memoria ha sido sobredimensionada por los medios, y que se corre el peligro de abrir viejas heridas, además de operar todo esto como una manera de distraer la atención a p[problemas mas urgentes como el medio ambiente y la economía. Después de todo, España debe lidiar con una de las tasas de desempleo mas elevadas de Europa.

Lorca mientras tanto, como muchos lo han señalado, sobrevive en su obra: encontrar sus huesos no cambiara para nada las cosas. Sin embargo, la mayoría de los muertos no tiene ningún especial reclamo en la memoria histórica y es un hecho que los sobrevivientes de la Guerra Civil están falleciendo, lo que hace que las nuevas generaciones estén ávidas por conocer las experiencias de sus familiares en aquellos tiempos, para así poder conmemorar a los que murieron. Por mas humildes que pudieran ser y en los hechos por mas absurdas, estas muertes; mas fuerte será el impulso de las nuevas generaciones. (Continuara...)

El Movimiento de la Memoria
(Primera entrega)

Por Jeremy Treglown
(Fuente: revista literaria GRANTA numero 105, Spring 2009)

Décadas después del final de la Guerra Civil Española, sus victimas se encuentran en el corazón de una intensa batalla


Ignacio Ruiz Vara es un guardia de seguridad en Málaga. El creció ahí al igual que su padre y su abuelo. En estos días hay gran oferta de puestos de trabajo en ese rubro, especialmente luego del abandono de los proyectos habitacionales, “hasta que la economía repunte nuevamente”. Pero las responsabilidades propias de su trabajo se vieron transformadas cuando hace dos años Ignacio se ofreció como voluntario para hacerse cargo de la seguridad del cementerio de San Rafael, una extensión de dieciséis acres, ubicado en el lado oeste de ciudad. Este era un lugar a donde originalmente los pobres de Málaga, los humildes, eran sepultados al morir. Se encuentra ubicado a una buena distancia de donde esta el casco antiguo de la ciudad, en medio de tierras, que tiempo atrás, estaban dedicadas al cultivo de camotes. Hoy en día esta área –que se encuentra en el camino al inmenso aeropuerto turístico que existe en la zona- es en parte una zona industrial y en parte, de complejos habitacionales. Hubo un tiempo en que existía ahí una pequeña capilla con unas farolas, pero fue demolida para ampliar la carretera. También, gran tramo de las paredes del cementerio se vinieron abajo con el paso del tiempo y han sido reemplazadas con una cerca temporal. Una caseta de control original aun subsiste y es ahí donde el guardia de seguridad tiene su base. Las puertas del cementerio se han mantenido cerradas.

La razón por la que Ignacio se ofreció de voluntario y la razón por la que el cementerio tiene un guardia de seguridad, es la de que entre sus muertos se encuentran por lo menos 4000 personas –la mayoría hombres pero también mujeres y niños- que fueron ejecutados sin juicio previo entre 1936 y 1955: los periodos de la Guerra Civil Española y de la larga y terrible primera fase de la dictadura del general Francisco Franco. Casi todos se encuentran en “fosas comunes”, tumbas masivas

De pronto como que toda España se haya buscando a sus desaparecidos. Y es que se encuentran en todas partes –en todas las regiones, y en todo tipo de terreno-. Familias que se mantuvieron en silencio durante décadas se ven de pronto urgidas, exigidas sobre todo por los nietos de las victimas y en forma continua, para que hablen sobre lo que o sospechan, o saben, o vieron. Hasta el gobierno se lo esta pidiendo. Amparados en la nueva Ley de la Memoria Histórica, aprobada en octubre del año 2007; cualquier persona que produzca evidencia razonable sobre la existencia de fosas comunes, tiene derecho a la ayuda de los gobiernos regionales, para los trabajos de excavación. El mapa de estas supuestas ubicaciones, entre el País Vasco y Andalucía, Castilla-León y Valencia, hace que toda la península Ibérica se vea como si se podría ver el rostro de un niño con varicela.

Solo en lo que respecta a Málaga, nadie sabe a ciencia cierta cuanto tiempo demandara este trabajo, o cuantas fosas -sin contar a sus esqueletos- aun quedan por encontrar. El trabajo de ubicación y develamiento se viene realizando de manera muy sistemática, bajo la dirección del arqueólogo veterano, Sebastian Fernández. El proyecto –de naturaleza local, pero conectado a un programa nacional- es financiado de manera conjunta por la ciudad, la provincia de Andalucía y la Universidad de Málaga, de donde Fernández es jefe de la facultad de Humanidades. Al abrir cada tumba sus contenidos son limpiados, medidos, fotografiados y guardados en cajas separadas para el testeo del DNA. Una vez que la exhumación de todos los cadáveres finalice toda el área se convertirá en un parque. Y en medio de este parque se erigirá un Memorial que consignara los nombres de todos aquellos que puedan ser nombrados.

Uno de los esqueletos del cementerio de Málaga pertenece al abuelo paterno de Ignacio, Diego Ruiz Schacht, aunque Ignacio no sabe si se encuentra entre los que fueron desenterrados, el dice que no es supersticioso y no cree que el espíritu de su abuelo Diego este penando en el lugar o en cualquier otro, en los hechos, pero se siente orgulloso de su abuelo y me muestra su fotografía que lleva guardada en su billetera. Diego era un miembro pro-demócrata de la Guardia Civil, y era conocido en aquellos tiempos –cuenta Ignacio- por su lucha contra la corrupción. Y como otros republicanos de la policía fue detenido y asesinado a inicios de la Guerra Civil.

Para el tiempo en que Diego murió, su familia ya había presenciado muchos cambios. La dictadura militar que llego al poder en España en 1923, colapsaría siete años después y el Rey abdicaría. En 1931 un gobierno democráticamente electo fue instalado en el poder. El primero en toda la historia de España. Este gobierno fue comandado por una alianza de las clases trabajadoras e intelectuales liberales pero se debilito debido a divisiones internas, por la aparente imposibilidad de resolver las dificultades económicas del país, y por el extremismo de ciertos sectores de la izquierda, lo que origino una respuesta equivalente en los sectores de la derecha. La Falange –el partido fascista de España- se fundaría inmediatamente después de estos hechos. En julio de 1936, Francisco Franco, un soldado de carrera que se hizo prominente en la lucha del ejercito por mantener “española” a Marruecos, comando una especie de invasión colonial en reversa, en contra del territorio español. Tenia el apoyo del mayoritario y desproporcionado numero de oficiales del ejercito de España; de la mayoría de las clases medias y altas del país y de prácticamente todos los aun poderosos, obispos de la iglesia. Mientras que Gran Bretaña y Francia discutían si apoyar o no al gobierno democráticamente electo, el golpe gano inmediato apoyo –incluyendo tropas y armas- de Hitler y Mussolini. Y aunque se le considera como un preámbulo de la Segunda Guerra Mundial, la Guerra Civil Española es mejor entendida como su primer acto.

Los soldados de Franco eran una mezcla de duros legionarios españoles y mercenarios del norte de África y, en la región de Málaga, el ejército fue rápidamente reforzado no solo por las tropas rebeldes de tierra, sino además por la columna motorizada de tanques ligeros de la Italia fascista. El puerto fue bombardeado por aire, bloqueado por mar e invadido desde tierra. La matanza de los civiles que huían horrorizo a los más duros observadores y a escritores como Arthur Koestler y Franz Borkenau, entre otros. En las postrimerías de la toma del puerto, los rebeldes desarrollaron una extensa purga entre los simpatizantes claves de la Republica; purga que continuo en los años 40’s al mando del notorio procurador local Carlos Arias Navarro alias “el carnicero de Málaga”. El turno de Diego llego en marzo de 1937 cuando fue detenido y sacado en vilo de su casa, ubicada en la zona céntrica de la ciudad.

La escena fue reiteradamente descrita al joven Ignacio por su abuela que vivió 99 años y también por un amigo de su padre que estaba en la misma compañía de la Guardia Civil que este. Es generalmente contado que las victimas eran ejecutadas por fusilamiento contra las paredes del cementerio y a la luz de las farolas de la capilla. Ignacio recuerda y opta por una imagen pragmática: “El lugar es muy extenso. Se hace largo y pesado el camino para cargar a los muertos. Creo que la mayoría fue ejecutada a un lado y dentro de las fosas.”

Salud Alberto Zarzuela, Catalina Alcaraz, Cristina Carrillo Franco, Teresa Castro Ramirez, Ana Fernández Ramírez, Isabel Gómez, su hermana Josefa Gómez y su sobrina Lolita Gómez, Teresa Menacho, María Nogales Castro, Antonia Pérez Vega, María Rincón Barea y su hermana Jerónima Rincón Barea, Isabel Román Montes, Natividad Vílchez

Estos son los nombres de quince mujeres no mayores de treinta años, cuyos restos mortales –conjuntamente a los de un joven de no mas de veinte años, que se dice entre los locales que fue forzado a cavar la tumba-, fueron encontrados el verano pasado entre los árboles de alcornoque de las plantaciones de Grazalema, un lugar de espectacular belleza natural al oeste de Ronda. Estas mujeres no estuvieron involucradas en política, salvo que se tenga en cuenta la posibilidad de que una de ellas estuviera comprometida con algún republicano. Cuatro de ellas estaban embarazadas con más de seis meses de gestación. Aun no ha sido establecida la forma de su muerte. No se encontraron balas y como cualquier otra historia atroz de la región, estas mujeres probablemente fueron violadas, torturadas y luego enterradas vivas, si alguna de ellas pudiera haber sobrevivido tanto tiempo. En muchos de estos casos el castigo fue el principal motivo: los hombres leales al gobierno republicano, integraban una guerrilla efectiva en contra de las fuerzas rebeldes de la zona.

El otro motivo común de capturar mujeres, era para usarlas como rehenes y de esta manera persuadir o inducir a los parientes republicanos que estaban escondidos, a que se entreguen. Y si esto dio resultado o no, otros impulsos con frecuencia aparecían. Pero el nacionalismo –como el mismo Franco denomino a su movimiento para la furia de los patriotas en el otro bando- fue intrínsecamente brutal y estrechamente vinculado, como lo fue al fascismo y fundado por el resultado de décadas de lucha imperial en Marruecos y antes de esto bajo las nociones de purificación o limpieza racial e ideológica, que se remonta atrás en la historia hasta los tiempos de la inquisición y la expulsión de judíos y musulmanes de España.

Historiadores españoles han demostrado recientemente que algunos partidarios de Franco consideraban el socialismo como una forma hereditaria de degeneración biológica. Y bajo esta base se argumento que los rebeldes declararon tener como meta el exterminio del enemigo, incluyendo a sus mujeres y a sus hijos, constituyendo esta opción una vía genocida. La tendencia general es por supuesto, la amenaza de exterminio de la otra parte –es una buena forma de persuadir a la gente a rendirse-, pero uno no tiene que aceptar la teoría genocida para estar en condiciones de imaginar los efectos que tenían las transmisiones radiales nocturnas emitidas y dirigidas por el General Gonzáles Queipo del Llano, principal propagandista rebelde; hacia los jóvenes armados susceptibles de ser convencidos. Las amenazas del General Queipo contra el enemigo originaron ese galimatías nihilista del Falangismo con su grito de guerra: ¡Viva la muerte!

Así ya estén muertos, los matare nuevamente” Era el rugido famoso de Queipo, y –en frase que para algunos sobrevivientes es de un desafortunado, y si cabe, fortuito colorido a los eventos del presente- “Así se escondan debajo de la tierra, yo los desenterrare a todos”. Queipo demandaba a sus tropas a violar a las mujeres republicanas y para ello les estimulaba con historias de sadismo sexual, “hazañas” ya realizadas por sus compañeros de armas. “Tus mujeres darán a luz fascistas” era una pieza de graffiti común en las paredes de los pueblos y villas republicanas, que los rebeldes conquistaban.

Hubo lugares donde el trabajo de los ejecutores fue realizado con una mayor calma organizacional. En las tumbas que yo observe excavar en Málaga, la mayoría de los esqueletos yacían rectos, juntos unos de otros, lado a lado, de cabeza a pies, muchos con sus brazos atados. En este escenario particular existen, tal como me lo detallo uno de los excavadores, “tres plantas”, es decir tres niveles. Nosotros estamos parados en la planta de arriba, pero esta viene “empujada” por el nivel inferior en donde la cúpula puede ser una frente o una rodilla. Hay que pisar con cuidado.

Hasta en este lugar, sin embargo, las filas ordenadas son ocasionalmente interrumpidas por signos de cólera, exasperación, venganza: cuerpos en ángulo, brazos tirados sobre la cabeza, una pelvis con una bala alojada en la ingle. Donde quiera alrededor, podemos estar seguros de cómo la muerte de estas personas involucra el miedo más terrible. Federico García-Lorca, el poeta y dramaturgo, fue un caso tal. (Continuara...)

David Foster Wallace: ahi donde ficcion y filosofia se cruzan


Considerando al filósofo: las iniciales investigaciones metafísicas de David Foster Wallace (*)
Por: James Ryerson (The New York Times. Diciembre de 2008)


Con el suicidio de DFW, autor de La broma infinita, el pasado 12 de setiembre; el mundo de la literatura contemporánea norteamericana pierde a su intelectual más ambicioso. Al igual que sus contemporáneos Richard Powers y William T. Vollmann, Wallace escribió extensas novelas cerebrales armadas enciclopédicamente de información e ideas arcanas. En sus ensayos, obras de no-ficción, abordó un amplísimo rango de temas relacionados con el saber intelectual: lexicografía, teoría literaria post-estructural y la ciencia, ética y epistemología del dolor de las langostas. Escribió un libro relacionado con la historia y la filosofía del las matemáticas del infinito. Incluso el mecanismo de su estilo, que consistía en el uso extenso de notas a pie de página y al final de la obra; se constituían como una especie de homenaje a su intelecto.

Pero Wallace era también cauteloso con sus ideas. Se encontraba perpetuamente en guardia ante las formas en que el pensamiento abstracto (especialmente el pensamiento del propio pensamiento) podía apartarnos de algo más real y genuino. Leer sus escritos, fervientemente dialécticos y cargados de una agudeza cohibida; era como presenciar o testimoniar la agonía del conocimiento: o de cómo los giros y las vueltas del pensamiento pueden al mismo tiempo contener la promesa del conocimiento verdadero, y también el peligro para este mismo pensamiento. Wallace vivía preocupado por el hecho de que existían ciertos paradigmas teóricos –el esteticismo cerebral del modernismo, o el astuto engaño de lo post-moderno- que no le daban ninguna importancia a lo que el mismo había denominado en alguna oportunidad “las tradicionales y antiquísimas verdades de la humanidad que tienen que ver con la comunidad, la espiritualidad y las emociones.Wallace fue un ferviente instigador al llamar la atención de manera seria y comprometida, en la necesidad de retomar el tratamiento de estas verdades básicas. No obstante el mismo se había ocupado de esta problemática con sus propios, fracturados y, a menudo esotéricos métodos. Era una tensión definida: eran las mismas herramientas conceptuales que utilizaba para desentrañar su propia vida, las que a fin de cuenta lo amenazaban de mantenerlo para siempre a una buena distancia de las conexiones por las que se esforzaba de establecer.

Considerando su gran don intelectual y el extenso culto que le siguió; es una gran sorpresa descubrir que esa única, sistemática y formal contribución al mundo de las ideas, nunca fue publicada y permanece hoy en día totalmente desconocida. “El Fatalismo de Richard Taylor y la semántica de la Física Modal” Así titulo su tesis de pre-grado aprobada con honores y presentada para obtener su grado en el Amherst College en 1985. La oscuridad de sus ideas es fácilmente entendible. Es un estudio altamente especializado de 76 páginas sobre semántica y metafísica que difícilmente podría considerarse filosóficamente débil. A modo de muestra les transcribo una de las frases que el mencionado estudio contiene: “Consideremos a Ā (una posible estructura física) como un conjunto de diferentes caminos que se intersectan, a saber Ji – Jn, en donde cada uno de ellos contiene un set de funciones, Ls, en pares ordenados (), y todo ello para cualquier Ln, Lm en algún Ji, Ln R Lm, en donde R es una relación primitiva accesible que corresponde a una posibilidad física, entendida esta en términos de compatibilidad física diacrónica.” Hay pues razones que alimentan el hecho de que era mejor conocido por un ensayo acerca de un bote.

A pesar de lo críptico, debemos considerar que esta tesis representa una fase importante en el desarrollo intelectual de Wallace. Una vez que sus metas y ambiciones son atendidas, el papel proyectara una luz reveladora aun en las etapas tempranas de su lucha por usar los poderes de su mente extraordinaria, para obtener el mas preciado de sus bienes: como protegernos en contra de las seducciones del intelecto y como encontrar esa superficie sólida, segura para posesionar ahí todo lo que hay –o había- de urgente y genuino en sus convicciones.

En Amherst, a inicios de los 80’s, Wallace, que era el hijo de un distinguido filosofo; era considerado por sus profesores como una persona con un raro y especial talento filosófico; un genio en pleno desarrollo. (Ingresaría mas tarde a la escuela de graduados de filosofía de Harvard, aunque no duraría por mucho tiempo) Si bien empezó a escribir ficción en el college –simultáneamente desarrollo y termino una segunda tesis de pre-grado en Ingles que finalmente devino en 1987 en la novela titulada “The Broom of the System” (La escoba del sistema)-, fue la filosofía lo que definió a este escritor en el ámbito académico. “Lo conocí como un filosofo que tenia un hobby por la ficción”, me comento recientemente Jay Garfield, el asesor de tesis de Wallace y hoy profesor en Smith College. “Nunca me hubiera imaginado que el era uno de los grandes escritores de ficción de su generación, con un hobby por la filosofía.” –Concluye diciendo.

En algún momento de sus últimos años como alumno en el collage, Wallace devino preocupado, problematizado, por un estudio filosófico publicado inicialmente en 1962 por el filosofo Richard Taylor, titulado “Fatalismo”. El fatalismo supone de manera radical que las acciones y decisiones del ser humano no tienen ninguna influencia en el futuro. En otras palabras, la conducta que tienes hoy de ninguna manera modela o da forma a los eventos del mañana o los del pasado. Por el contrario, y de manera inversa, los fatalistas dicen que es como las cosas se suceden en el futuro, lo que únicamente interesa y afecta a lo que sucede en este momento. Lo que se presentaba como una posibilidad abierta sujeta a elección humana –dispares o no dispares tu revolver- es de antemano o imposible o absolutamente necesario. Tú sencillamente eres parte o vas transitando dentro de cierto fluido cósmico.

Tal vez en forma más contra intuitiva, los fatalistas argumentan que de esta extrema y caótica doctrina se puede establecer una reflexión más simple bajo la sencilla lógica de proposiciones sobre el futuro. Veámoslo. Si yo disparo mi revolver, luego de un segundo, el cañón va a estar caliente; pero si yo no lo disparo, luego de un segundo el cañón no estará caliente; pero la preposición “luego de un segundo el cañón va a estar caliente” es en este momento verdadero o falsa. Si la preposición es verdadera, entonces se da el caso que yo voy a disparar el arma y si la preposición es falsa; entonces se da el caso que no la disparare. En ambos casos, será el estado de los acontecimientos futuros lo que dictara lo que yo haré o no haré en el presente.

Obviamente hay algo sospechoso en todo esto. Pero la versión altamente sofisticada de los argumentos de Taylor hacia extremadamente difícil identificar lo que estaba errado y ello no tanto porque Taylor desarrollo su controversial teoría utilizando un puñado de asunciones poco controversiales sobre la lógica y el lenguaje (para empezar ninguna afirmación es verdadera o falsa) Lo que mas exaspero a Wallace del estudio de Taylor fue no ese desesperado e inducido punto de vista del fatalismo como tal (lo cual es de por si preocupante); sino, y tal como Jay Garfield lo recuerda, “que esta problemática conclusión metafísica venia antecedida de premisas aparentemente corrientes o sencillas”. Pareciera como si Taylor hubiera revuelto las relaciones normales entre la lógica, el lenguaje y el mundo físico, arrancándolas de sus propias esferas. En Wallace existía aquel tipo de angustia que se alimentaba o yacía en la perspectiva de un mundo tan deficitario de triunfo, de golpes. “Su razonamiento era prodigioso y múltiple y tenia una sensibilidad muy grande”, me comentaba Willem deVries, filosofo y en la actualidad profesor de la Universidad de New Hampshire y principal asesor de la tesis de Wallace. “El no sentía mucha atracción por la filosofía porque descubrió que a través de ella se podía construir todo tipo de psicodelias y argumentaciones extrañas” (weird, mind-bending arguments). Era en extremo cauteloso frente a estas argumentaciones disparatadas. Tal vez porque su propia mente se sensibilizaba o doblegaba con facilidad.

Pero como corregimos el fatalismo de Taylor? Wallace propuso que el argumento de Taylor ocultaba un defecto. En esencia Taylor estaba trabajando con dos tipos de preposiciones como si fueran las mismas, cuando en los hechos necesitaban ser diferenciadas y por tanto tratadas en forma diferente. Considere la oración: “Se dio el caso de que ya no puedo disparar mi revolver.” Y la oración: “No puede ser el caso de que yo he disparado mi revolver.” A primeras podría sonar igual pero para Wallace encerraban nociones de imposibilidad marcadamente diferentes. Veamos. “Se dio el caso de que yo no puedo disparar mi revolver” esta referido a una situación en el pasado en donde disparar es prácticamente imposible, debido a que digamos, mi revolver estaba averiado. Y, “No puede ser el caso de que yo he disparado mi revolver” esta referido a una situación del presente en donde disparar es prácticamente imposible debido a que digamos, mi revolver no se encuentra listo para disparar. La primera noción envuelve una coacción temprana y física de disparar (a saber, el revolver averiado), la segunda noción envuelve la ausencia actual de una consecuencia necesaria de disparar (a saber, que el cañón este caliente) Como observador extremadamente sensible del lenguaje, Wallace, nota esas sutiles diferencias que el lenguaje contiene: la fina diferencia en el significado de las frases: “Yo no podría haber hecho esto y lo otro” y “Yo no puedo hacer esto y lo otro.”

Armado con esta pequeña pero poderosa idea, Wallace quedo habilitado para desarmar toda la maquinaria argumental de Taylor. Todos los asuntos relacionados con el “FATALISMO” y su simpleza de pronto empezaron a mostrarse espinosos y complejos y, para el tiempo en que Wallace trabajo todos los detalles en su tesis –las interacciones precisas entre los elementos del significado, tiempo y posibilidad- estaba claro que había refutado los argumentos de Taylor (El aparato formal que Wallace desarrollo en la tesis; el llamado sistema “intencional-físico-modal”, hubiera podido constituir una contribución novísima para el ámbito de la literatura filosófica; y tanto los profesores deVries como Garfield, me expresaron, cada uno a su manera, su pesar de que Wallace nunca publicara su tesis) Tal vez nuestras acciones estén en efecto predestinadas, reconoce Wallace –en todo caso no tenia absolutamente nada que decir acerca de la substancia metafísica de la doctrina. Pero si el fatalismo es verdadero y el lo demostró, vamos a aprender este hecho solo a través de un argumento que bosqueje algo mas rico y mas sustantivo que las reflexiones puramente lógicas y áridas que realizo Taylor. Si Taylor quiere derribar nuestro punto de vista tendré que enrollar sus cadenas intelectuales y escarbar reflexionando en temas más sustanciales como la cosmología, la entropía o similares.

El gran logro de la tesis de Wallace no radica sin embargo en sus aspectos técnicos o argumentativos, sino en el campo de lo que podríamos llamar una victoria moral. Su atención endemoniada, detallando los aspectos del lenguaje y la lógica y su a todas vistas, habilidades cognitivas ilimitadas. “A la luz de lo que hemos podido conocer sobre la semántica de la física modal”, escribe Wallace en la parte final de su estudio, “yo sostengo que los argumentos semánticos de Taylor no están a la altura de sus conclusiones metafísicas.” Y a continuación argumenta modestamente en el sentido de que su propio análisis sobre el problema “radica en advertir acerca de la siguiente conclusión: si Taylor y los fatalistas nos quieren obligar a aceptar una conclusión metafísica, entonces deberán trabajar desarrollando metafísica y no semántica. Y esto nos parece completamente apropiado.”
Las cosas por el momento están donde deben de estar…


(*) Esta seria mi traducción libre para el titulo original:
“Consider the Philosopher. The early metaphysical investigations of David Foster Wallace.”